Hemos hablado muchas veces de la diferencia entre una puerta acorazada y una puerta blindada.
Sin embargo, hay también una tercera vía, una solución efectiva para mejorar la seguridad de la puerta ya existente, es el blindaje de la puerta.
Si la puerta tiene decoraciones que sean muy costosas de reproducir, o incluso que los acabados decorativos están protegidos, como sucede con las puertas de la zona de la Calle Mayor, Barrio de Salamanca, y otras zonas con gran solera de Madrid centro.
Sobre todo en las puertas castellanas del S. XIX y principios del XX.
O si la puerta tiene medidas fuera de los estándar y elementos como doble hoja, altillo o laterales fijos.
El blindaje de una puerta consiste en mejorar la seguridad de la misma contra el apalancamiento y contra las nuevas formas de aperturas fina como la ganzúa.
Cerco: Para mejorar la resistencia del cerco al apalancamiento con una barra de uña o una palanqueta, introducimos 6 tacos que atraviesan el marco de madera para anclarlo a la pared.
En el lado que abate de la puerta colocamos unas bisagras provistas de pivotes anti-palanca, a los que se suman 5 pernios.
La cara interior de la puerta se refuerza con una chapa de acero de 1.5mm. Sobre dicha chapa se ensambla un tablón de madera liso.
Es el paso definitivo, convirtiendo su puerta en una puerta de seguridad.
Por último, anulamos su cerradura antigua para sobreponer la nueva cerradura Fichet.
Quedando un acabado impecable.
Ahora su puerta dispone de una cerradura de máxima seguridad de cualquiera nuestros modelos, Vertipoint, Fortissime o Primlock.
Después de blindar nuestra puerta original, e incluir una cerradura Fichet anti-bumping y anti-ganzúa, no necesitamos medidas de seguridad complementarias para la puerta.
Si podemos incluir un sistema de alarma como elemento complementario a la seguridad de nuestro hogar.
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